No encontraréis complacencia en Inhóspito, la propia definición de la palabra lo expresa con extrema claridad ”que no ofrece seguridad, ni abrigo o protección”, “poco acogedor”. Y así es su música…
Termodislexia y sus compinches cometen atentados sonoros, conatos de gamberrismo musical de lo más cáustico, ruido con pretensiones de arte, siempre al margen de modas y circuitos. Hacen música con aristas, sin esperar trascendencia, ignorando al oyente, para qué…
Electrónica, after punk, música ochentera, rap, indie y algún guiño blusero son los nuevos ingredientes del grupo que ha evolucionado de lo convencional a lo más raro. Un proyecto delirante, sarcástico y extraño, lleno de canciones paridas con desgarradora ironía y de músicas que son como sables que se clavan en tus oídos, y que expulsa al público más convencional a patadas . Parecen decir: “Somos raros y qué, esta es nuestra mierda”.
La formación ha variado en los últimos tiempos: Dani Doria (Termodislexia) a las teclas, sintetizadores, secuencias, voces y desafines; Sergio Mateo y su atronadora batería; el indómito bajo de Julio Ortiz y Toni Ponce y sus guitarras (a veces inaudibles, otras afiladas) y sus voces desganadas .
En conclusión, Inhóspito es la rebelión de los estereotipos, una provocación madura, el experimento dislocado de unos señores más cerca de la intrascendencia vanguardista que de la música melódica, que siguen esperando la nada.